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Del Canto Formación

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10 Oct 2017

Máster universitario de Cirugía Bucal, Implantología y Periodoncia del Colegio de Dentistas de León, una propuesta diferente (maxillaris.com)

Fuente original: http://www.maxillaris.com/

Según recuerda el doctor Mariano del Canto Pingarrón, codirector del posgrado, éste se inició “gracias a un curso de formación continuada que impartió el Colegio de Dentistas de León en 2002. Era uno de los cursos que programaba el Consejo General y se impartió en el Colegio de Médicos de León durante un fin de semana”.

“Aquella experiencia –explica el doctor Del Canto– permitió que un grupo de docentes entráramos en contacto con el entonces presidente colegial, el doctor Etelvino Silva; con el vicepresidente de la entidad, el doctor Francisco García Lorente, y con el doctor José Sevilla, hoy presidente del colegio y en aquellos años responsable de la formación continuada. La satisfacción con aquel curso fue tal que se decidió crear en 2003 un curso teórico-preclínico de seis módulos”.

Así se desarrollaron durante cuatro años cursos modulares de especialización en cirugía bucal, implantología y periodoncia, que eran formaciones teórico-preclínicas con intervenciones en directo. Fue el germen del posgrado.

El doctor José Sevilla, presidente del Colegio de Dentistas de León, reconoce que la evolución que siguieron aquellos cursos modulares hasta convertirse en el máster universitario de hoy fue una consecuencia lógica. “Somos un caso excepcional, eso es indiscutible, pero mi voluntad siempre ha sido ir un paso más allá y ofrecer a los colegiados de León la mejor formación posible. Desde los años 90 estoy implicado en labores de formación en el colegio, primero como mero colaborador y posteriormente como vocal, vicepresidente y presidente. Fuimos de los primeros en introducir prácticas sobre modelo animal, pero cuando quisimos ampliar la formación a trabajos sobre pacientes tuvimos que buscar una fórmula para que nuestra labor formativa fuera reglada. De este modo, optamos por el aval universitario. Asimismo, queríamos que no supusiera una competencia con el colegiado y nos decantamos por la labor social mediante acuerdos con Cáritas, Cruz Roja, el Ayuntamiento de León y, posteriormente, el SACYL (Servicio de Salud de Castilla y León)”.

Desde sus inicios, este posgrado de estructura modular ha tenido al frente al equipo docente encabezado por los doctores Mariano del Canto y Miguel Ángel Alobera, quienes han desarrollado su labor en la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos o la Universidad de Alcalá. “Cuando se decidió pasar de un curso modular a un posgrado –explica el doctor Del Canto–, nuestro equipo decidió apostar fuerte por este proyecto definiendo una serie de prioridades. En primer lugar, hacía falta un aval universitario; como segundo punto relevante, teníamos que garantizar la presencia de pacientes para la actividad clínica y el tercer aspecto reseñable fue que la gestión dependiera del Colegio de Dentistas de León por su implicación y agilidad en la toma de decisiones”.

De este modo, se entablaron conversaciones con la Universidad de León y se preparó una memoria del posgrado para que fuera aprobada por esta entidad. “Todo salió bien –explica el doctor Alobera– y así, en 2008, tuvo lugar el primer curso de «Experto universitario en cirugía bucal, implantología y periodoncia»”. “Esta larga denominación siempre nos ha acompañado al doctor Alobera y a mí, porque estamos convencidos de que estamos ante un área de conocimiento global e inseparable. Sin la periodoncia es imposible enfrentarse a la implantología”, puntualiza el doctor Del Canto.

Aquel primer curso de experto universitario, de un año de duración, se repitió durante tres ediciones, pero el equipo docente tenía la sensación de que se quedaba corto. “Aunque teníamos pacientes y la formación era satisfactoria, nuestra impresión era que no había tiempo para todo. No se podía impartir toda la materia en un año”, explica el doctor Alobera.

El doctor Francisco García Lorente, vicepresidente del colegio leonés, recuerda que en aquellas primeras experiencias formativas no se contaba ni con las instalaciones actuales ni con los acuerdos de hoy para captar a pacientes con una amplia diversidad de tratamientos: “En aquellos años teníamos un convenio entre el Colegio de Dentistas y la Clínica San Francisco, de León, por el que nos cedía sus instalaciones, que eran cuatro gabinetes. Muchos de los primeros pacientes prove­nían de residencias de ancianos que nos llegaban a través del Ayuntamiento o colectivos de personas desfavorecidas derivados por Cáritas y Cruz Roja”.

Máster de dos años

El salto definitivo al máster universitario de dos años se produjo en enero de 2011, momento en el cual también se trasladó la formación al actual Centro Odontologico de Formación Integral de León, una clínica con diez boxes, aulas para clases teóricas, despachos y sala de diagnóstico por la imagen.

“Esta clínica no es asistencial, es decir, está exclusivamente enfocada a la docencia y la labor solidaria. Ahora bien, está abierta todos los días porque se atiende a los pacientes de los posgrados en caso de una urgencia y también ofrecemos el uso del CBCT a todos los colegiados de León a un precio muy económico”, afirma el vicepresidente colegial.

El paso a un máster de dos años también supuso incrementar el volumen de pacientes, para lo cual el doctor José Sevilla firmó un acuerdo con el SACYL para atender a personas en situación de exclusión social, que se sumaron a las derivadas por el Ayuntamiento, la Diputación de León, Cáritas o Cruz Roja. De este modo, los pacientes tienen que pasar una primera selección de los asistentes sociales, para confirmar que sean personas en exclusión social, y el segundo filtro lo hace el grupo docente, para elegir a los que se les se puede hacer un tratamiento de su área de acción. En este proceso de selección de pacientes ahonda el doctor Del Canto: “Cuando recibimos pacientes que requieren sólo un tratamiento conservador, nuestra obligación es explicarles que no pueden ser atendidos en nuestro máster. Ahora bien, si requieren una acción quirúrgica, de cualquier tipo, sí los incluimos y sus necesidades se cubren completamente. Nuestro compromiso siempre ha sido dar de alta al paciente cuando esté completamente rehabilitado. Nunca un paciente se va con una rehabilitación a medio hacer”. Actualmente se atiende a cerca de 100 pacientes al año.

Además de este posgrado, en el Centro Odontologico de Formación Integral de León se imparte también un posgrado de endodoncia con pacientes. “Nuestra relación con esta otra formación, que dirige el doctor Rafael Cisneros, es muy buena y cuando nos encontramos con pacientes susceptibles de rehabilitar con endodoncia los hemos derivado para que los traten allí”, expone el doctor Del Canto. Asimismo, en el centro formativo también se desarrolla formación de ortodoncia, pero en este caso sin pacientes.

En enero de 2018 comenzará la novena promoción del máster. “Pese a haber comenzado en 2011, la de 2018 será la novena promoción porque durante el primer año realmente formamos a dos promociones, la correspondiente a ese año y una más que creamos para los antiguos alumnos que habían cursado el experto universitario. Nos parecía lógico ofrecer a estos estudiantes la posibilidad de ampliar sus conocimientos, dado que pasábamos a ser un máster de dos años”, detalla el doctor Miguel Ángel Alobera.

Estructura modular

Durante los dos cursos que dura el máster, los alumnos asisten a 12 módulos cada año, de jueves a sábado, a lo que se suman interesantes salidas para acudir a congresos o realizar otras actividades formativas con empresas colaboradoras como BTI (Vitoria), Zimmer Institute (Suiza), Bego (Alemania) o Bioner. Desde 2015, las promociones se componen de un total de 36 estudiantes divididos en dos grupos de 18 cada uno. “Es imposible hacer coincidir dos promociones de 36 alumnos a la vez, así que las dividimos en dos grupos y cada uno acude a la clínica en semanas diferentes”, explica el doctor Del Canto.

El hecho de asistir al máster sólo tres días al mes no significa que el resto del tiempo no haya un seguimiento o un esfuerzo formativo. “Una parte significativa de la teoría se estudia de manera no presencial, suministrando contenido y bibliografía. En esta vertiente estamos reforzando cada vez más la plataforma on line, ya que es un canal que funciona perfectamente bien. Los alumnos están conectados con sus profesores en todo momento, estudian el temario y documentan los casos”, detalla el doctor Alobera. En este sentido, el doctor Del Canto asegura que un aspecto muy valorado del máster es que, al ser modular, deja tiempo para trabajar.

“En nuestra opinión, la estructura modular es la idónea porque tiene grandes ventajas. Por un lado, permite trabajar, que es algo que casi todos los alumnos desean, porque si no fuera así sería imposible para ellos pagarse su formación. La idea de ofertar un máster con la pretensión de que lo paguen los padres de los alumnos no podemos generalizarla ni confiar en que perdure. Una formación de posgrado como la nuestra tiene un coste importante; por tanto, debemos facilitar que el alumno la pueda afrontar. Por otro lado, cursar una formación modular tiene como gran ventaja que el alumno traslada a su actividad clínica diaria, de manera rápida e inmediata, lo que mes a mes aprende en el máster. El crecimiento formativo es mucho mayor que si no fuera así”.

Como decíamos, durante el tiempo no presencial la relación profesor-alumno se mantiene de manera on line, ya que todos los estudiantes tienen un tutor asignado al que pueden recurrir en cualquier momento. La confección de la plantilla docente permite que haya una relación de un profesor por cada tres alumnos. En total son 15 docentes entre directores, coordinadores de área, profesores fijos y colaboradores. “Como nuestra área de conocimiento es integral –puntualiza el doctor Del Canto–, tenemos responsables de área para periodoncia, prótesis y cirugía. Asimismo, un profesor es coordinador de cirugía guiada y carga inmediata y otro de sedación, porque en este máster todos los alumnos hacen trabajos con sedación”. En Castilla y León, los dentistas sí pueden trabajar con sedación consciente y el máster certifica a sus alumnos en sedación y reanimación cardiopulmonar. “En total, somos 15 profesores muy implicados y muy activos. Además del trabajo con los alumnos, también nos encargamos de contactar con los tres laboratorios de prótesis que trabajan con nosotros e incluso de atender las urgencias, porque todo paciente que tenga una urgencia entre las fechas de los módulos puede acudir al centro y será atendido por un profesor”, asegura el doctor Miguel Ángel Alobera. “Al ritmo que se trabaja aquí, todos los profesores deben tener muchas ganas de implicarse e ilusión por formar a sus alumnos lo mejor posible”, corrobora el doctor Sevilla, presidente del Colegio de Dentistas de León.

Pero la implicación docente no es suficiente si lo que se desea es ofrecer una formación actualizada, por lo que desde la dirección del máster se da mucha importancia también a la preparación de los profesores. “De los quince profesores, seis somos doctores y hay seis tesis doctorales en preparación, de manera que nuestro objetivo es que en 2019 nada menos que 12 profesores sean doctores, es decir, el 85 por ciento de la plantilla. Bajo mi punto de vista, un docente que quiera seguir una carrera en este ámbito debe ser doctor”, afirma el doctor Del Canto.

Otra cuestión reseñable es que todos los nuevos profesores deben haber realizado uno o varios másteres relacionados con el área de conocimiento. “Todos los profesores cuentan con posgrados, o bien se han formado con noso­tros o bien en otras universidades. Pero además siempre que empiezan a trabajar en nuestro máster están un tiempo de formación docente, que puede ser de uno o dos años. Asimismo, a todos les exigimos que hayan publicado y presentado trabajos en congresos”, mantienen los codirectores.

En estos momentos, el máster cuenta con 74,4 créditos ECTS, pero está pendiente de actualizar toda la parte on line, con lo cual es muy probable que en 2018 se ofrezca con 90 créditos ECTS.

“Nuestro proyecto a medio plazo es que sigamos creciendo y lleguemos a los tres años de formación aumentando los créditos. Es un paso necesario para ir preparándonos para las futuras especialidades, cuya formación es posible que exija entre 120 y 180 créditos ECTS”, remarca el doctor Del Canto. Para los responsables de la formación, el incremento a tres años es una condición no urgente pero sí necesaria, porque las especialidades odontológicas llegarán a nuestro país antes o después.

Expectativas

La elección de los alumnos se realiza mediante el proceso tradicional de currículum, examen y entrevista personal. “El primer paso es analizar el expediente académico del candidato y darle un valor. Después, realizamos una prueba escrita sobre cirugía y periodoncia pero no sobre implantología, puesto que esta área no se suele abordar en el grado. Finalmente, llevamos a cabo la entrevista personal, que en muchos casos es trascendente porque con ella vemos si las expectativas del alumno son acordes a nuestra oferta”, asegura el doctor Del Canto.

“Una gran parte de los candidatos vienen al máster ya referidos por otros alumnos y saben cómo trabajamos, pero aun así es importante conocer bien su interés. Nosotros huimos de los que calificamos como ‘ponedores de implantes’; aquí no enseñamos a colocar implantes, sino que hacemos rehabilitaciones completas del paciente desde una visión global quirúrgica, implantológica, prostodóncica y periodontal”, comenta el doctor Miguel Ángel Alobera.

Desde que existen dos grupos por promoción, los coordinadores del máster han tomado la decisión de diferenciar a los alumnos según los dos perfiles mayoritarios. “Tenemos un grupo de profesionales con más de cinco años de trabajo y buen currículum, pero que necesitan una formación más reglada. Estos doctores se han formado en cursos intensivos que, aunque en determinados casos pueden ser válidos, también pueden no serlo. Realizar intervenciones quirúrgicas tras una escasa formación puede ser complicado para el profesional y para el paciente. Cada vez son más los profesionales con una trayectoria de varios años que quieren cursar nuestro máster”, explica el doctor Alobera.

El otro grupo estaría formado por alumnos más jóvenes, cuya experiencia laboral se limita a uno o dos años. “Estos graduados son mucho más rápidos en todo lo relacionado con la informática, suelen ser mejores en las presentaciones de los casos, pero al no tener un hábito quirúrgico tan arraigado como los mayores les cuesta más el aprendizaje de la parte manual”, puntualiza el doctor Del Canto, quien explica que es muy conveniente que todos los alumnos hayan tenido unos años de práctica antes de acceder al máster, “consideramos que es un aspecto básico para sacarle todo el partido a la formación. Tanto es así que a candidatos que no tenían esta experiencia les hemos emplazado a que lo intenten en la siguiente promoción una vez que hayan trabajado al menos un año”.

Actualmente, la demanda es muy superior la oferta de plazas. “Para nosotros es una suerte generar este gran interés –asegura el doctor José Sevilla–, porque esto permite sacar adelante nuestro proyecto formativo y hacer una buena selección. No obstante, también es duro saber que hay personas que se quieren formar en nuestro máster y no pueden porque no hay plazas disponibles”.

El origen de los alumnos es de cualquier punto de España; por supuesto de Castilla y León, pero también Galicia, Cantabria, País Vasco o Madrid. Asimismo, es habitual contar con estudiantes portugueses, italianos o ingleses. “Las ocho promociones que hemos tenido hasta el momento nos han proporcionado cierto prestigio y realmente la demanda para formarse con nosotros es muy alta. Casi todos los nuevos candidatos llegan referidos por exalumnos que aconsejan este máster. Es todo un orgullo para nosotros”, asegura el doctor Del Canto.

El máximo responsable colegial se complace del estado actual de la formación y no duda de que también los alumnos están satisfechos con su paso por el máster. “Son dos años de trabajo muy intenso, aprenden de un profesorado con experiencia y con un equipamiento muy adecuado: CBCT de última generación, láser, sedación consciente, etcétera. Pero además, esta vivencia a muchos les marca de por vida, porque la convivencia con otros compañeros es muy intensa y se generan amistades muy duraderas. Tanto es así, que todos los años los exalumnos organizan viajes a León para recordar su paso por el máster”.

El doctor Alobera confirma este ambiente de camaradería y la importancia de las relaciones humanas. Según asegura: “Los alumnos llegan al máster sin conocer a sus compañeros y deben habituarse a trabajar en equipo, puesto que en gabinete siempre funcionan en grupos de tres. Nosotros, como docentes, debemos poner los medios para que ningún grupo de alumnos flaquee por las relaciones humanas. Forma parte de su aprendizaje”. Los directores del máster corroboran que prevalece el concepto de formación continua, “por ejemplo, nuestra experiencia nos dice que no podemos esperar al final del curso para examinar a los alumnos. Esto no sirve. Nuestras evaluaciones son módulo a modulo. Los estudiantes conocen el programa de cada módulo, les facilitamos las recomendaciones bibliográficas y se imparten las clases, en el aula u on line. Los alumnos vienen con el módulo estudiado y se les examina después de la clase en el aula y de las clases on line”, detalla el doctor Del Canto.

“Sabemos que todos nuestros alumnos tienen mucho interés en el trabajo de quirófano –asegura el doctor Alobera–, pero todo procedimiento requiere un razonamiento y tiene unas consecuencias. Operar por operar no es ciencia ni demuestra profesionalidad. Antes de intervenir en un paciente el alumno tiene que exponer el caso y explicar sus pasos; si hay dudas hay que aclararlas antes del acto quirúrgico”.

Tal y como confirman los responsables de esta formación, la mayoría de los alumnos trabaja posteriormente en actividades quirúrgicas relacionadas con la cirugía bucal, la implantología y la periodoncia. “Se valora mucho nuestra formación, incluso hemos tenido alumnos que han trabajado en entidades de gran prestigio, como el King’s College de Londres, con el título de la Universidad de León”, afirma con orgullo el doctor Del Canto Pingarrón.

Sin sobrecostes

Cuando se aborda la calidad de la formación, inevitablemente también surge el concepto de competencia entre los diferentes posgrados. “Todo el ámbito universitario se está planteando cómo adaptar las distintas titulaciones a lo que necesita la sociedad. El problema que tenemos es que hay un desfase entre lo que se ofrece durante el grado de Odontología y la formación que hace falta para integrarte en el mercado laboral. Los alumnos terminan el grado con muy poca práctica y luego vemos tratamientos incorrectos”, asegura el doctor Sevilla. Por esa necesidad de ampliar la formación, el Colegio de Dentistas de León decidió dar el paso y crear un máster universitario, “nuestra calidad está sometida a revisión continua: además del aval de la Universidad de León también hemos decidido sometemos a una evaluación como título propio”, afirma el máximo representante de los dentistas leoneses.

El coste del Máster de Cirugía Bucal, Implantología y Periodoncia es de 15.500 euros por año, una cifra que se ha mantenido invariable en las últimas tres promociones. “Somos un máster universitario avalado por un colegio profesional e impartido por un equipo docente de muy larga trayectoria, por tanto el alumno tiene total seguridad de la calidad formativa. Además, ofrecemos todo el material necesario a los alumnos, no tienen que aportar nada, e incluso las salidas que se gestionan para ir a visitar empresas o congresos están cubiertas por el precio de la matrícula. Es cierto que 15.500 euros por año es un coste importante y somos conscientes de ello, por eso es un punto a favor que lo hagamos compatible con un trabajo”, señala el doctor Del Canto.

En materia económica, el doctor José Sevilla también puntualiza que toda la inversión realizada en el Centro de Formación se ha llevado a cabo me­diante los ingresos que han generado las matrículas y las aportaciones de nuestros patrocinadores. “En ningún caso ha habido una subida de las cuotas colegiales para financiar esta formación; es más, gracias a la optimización de la misma se han podido obtener unos beneficios que se han traducido en una reducción de las cuotas”, afirma.

Colaboraciones

Además de todo el trabajo quirúrigico y la preparación teórica, los responsables de este máster dan mucha importancia a la investigación, porque consideran que es vital para el desarrollo del profesional. “Actualmente contamos con seis trabajos de investigación en proceso, todos ellos admitidos por el comité ético de la Universidad de León”, asegura el doctor Del Canto. Por ejemplo, está en marcha un trabajo sobre la dentina como material autógeno, que está patrocinado por Bioner; se está elaborando un estudio sobre el uso de implantes a alto torque, en el que participa Zimmer Biomet; otro de estabilidad dimensional con la firma Osstell; uno más sobre las nuevas máscaras para la aplicación de óxido nitroso, que cuenta con el apoyo de Intra-Lock, y un análisis comparativo entre el PRGF y el LPRF, donde participan tanto Intra-Lock como BTI. “Siempre contamos con el apoyo de la industria, pero esto no quiere decir que la investigación esté comprometida a sus intereses. Estas entidades colaboradoras aceptan participar en nuestros estudios porque conocen nuestro rigor”, explica con detalle el doctor Del Canto Pingarrón.

En el ámbito implantológico, en el máster se trabaja habitualmente con cuatro o cinco sistemas de implantes como máximo. “Hay empresas que están desde el principio con nosotros, pero hemos ido incorporando casas que hemos visto que tenían mucha calidad y nos podí­­an aportar su conocimiento y desarrollo. Nuestro acuerdo con ellas no es por la compra de un número de implantes, sino por su implicación en nuestra estructura docente”, explica el doctor Mariano del Canto. “Las empresas nos aportan ponentes, colaboran en investigación, facilitan productos; en definitiva, tienen que aportar ciencia”, remarca el doctor Alobera.

Las cuatro empresas que colaboran en implantología son Zimmer Biomet, Bego, BTI y Bioner, “y en breve entrará Nobel con el sistema All on four y sus implantes zigomáticos, además de otras muchas prestaciones”, señala el doctor Del Canto, quien afirma que “el posgrado está abierto a las colaboraciones de las empresas siempre y cuando éstas cumplan una serie de requisitos de calidad. Hay otras muchas empresas que colaboran con nosotros en el desa­rrollo del máster, como son: Osteógenos, Dental Carretero Laboratorio, Intra-Lock, 3M Espe, Biolase, Ancladén, la Sociedad Española de Ansiolisis, Sedación y Control del Color en Odontología (SEASCDO), Dentsply, Bonfanti & Gris, Inibsa, Dentaid, Protesis SA, Ivoclar Vivadent, Linde, AMA, Osstell y CPD Aragoneses”.